Los Ustachas, los monstruos que horrorizaron a los mismos nazis

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Gobernaron en Croacia durante cuatro años. Los niños y las mujeres embarazadas fueron sus víctimas favoritas. Mataron a un millón de personas.


La Ustacha (croata: Ustasa; en español pronunciado Ustasha o Ustashá) fue una organización terrorista basada en el racismo religioso nacionalista croata, aliada del nazismo y fundada en 1929 por Ante Pavelic. Se fundó después del asesinato del líder croata Stjepan Radic; en el Parlamento de Belgrado. Se caracterizó por el uso continuado de la violencia terrorista con crueldad extrema para alcanzar su fin último: la independencia de Croacia y la formación de un Estado croata, basando su política en la diferenciación racial y la supremacía étnica del pueblo croata, al que consideraban germano. La organización, como otras formaciones nacionalistas de la época, se vio influenciada por el fascismo italiano.


"Un ustacha que no puede sacar al niño del vientre de la madre con una daga, no es un buen ustacha". Estas palabras fueron atribuidas a Ante Pavelic, el líder del movimiento fascista más cruel de la historia, que asesinó a más de 1.000.000 de judíos, serbios y gitanos durante la Segunda Guerra Mundial.


En 1941, las fuerzas del Eje invadieron Yugoslavia, lo que permitió a sus aliados, los ustachas, formar el Estado Independiente de Croacia, que incluía los territorios de Croacia, Eslovenia y Bosnia-Herzegovina. Ante Pavelic fue el caudillo del nuevo Estado, donde los serbios constituían un tercio de una población de seis millones de habitantes.

Ante Pavelic

El "führer" o poglavnik ustacha impuso leyes antijudías y antiserbias y emprendió una persecución brutal contra estos dos pueblos con el objetivo de eliminar al menos a un tercio de ellos, y convertir al catolicismo al resto. Los principales blancos del sadismo ustacha fueron los sacerdotes ortodoxos, las mujeres y los niños.

En este sentido, el corresponsal de guerra italiano, Curzio Malaparte, escribió un reportaje sobre la Segunda Guerra Mundial, donde aseguró que durante una entrevista con Ante Pavelic en su despacho, vio un cesto de mimbre que "parecía estar lleno de mejillones u ostras sin concha", pero que el mismo fascista le explicó sonriendo que "son 20 kilos de ojos humanos, que mis leales ustachas me regalaron esta mañana".

Soldado ustacha con una cabeza cercenada

Años más tarde, nacionalistas croatas pusieron en duda la veracidad de este hecho, pero varios testigos y supervivientes del terror afirmaron que la colección de partes de cadáveres fue una tradición para los ustachas, muchos de los que llevaban collares hechos con la lengua, los ojos y las orejas de sus víctimas. El exprisionero Jovo Djuric cuenta que en los años del régimen fascista en algunas ciudades croatas se vendían ojos de serbios: "cada unidad constaba de 30-40 ojos".

Por su parte, Velizar Zecevic, superviviente de la matanza en un pueblo, recuerda que los ustachas empezaron a matar a campesinos encima de un barril gritando que querían recoger sangre como regalo para el cumpleaños de Pavelic.


Fuentes históricas aseguran que entre 1941 y 1945 los ustachas construyeron al menos 25 campos de exterminio, algunos de ellos como el de Sisak o el de Jasterbarsko, fueron exclusivamente para niños. No obstante, se considera que las mayores crueldades contra niños fueron cometidas en el campo de concentración de Jasenovac, donde fueron masacrados al menos 700.000 personas.

En Jasenovac fueron asesinados niños de 1 a 14 años de edad. Un superviviente recuerda que los ustachas quemaron vivos a muchos niños en presencia de sus padres, mientras que a otros prefirieron ahogarlos en el río Sava, que estaba junto al campo de exterminio. El investigador Dragoje Lukic asegura que los niños en pañales fueron disparados o masacrados con hachas. Los ustachas también cometieron otra atrocidad difícil de describir. ultrajes a menores en presencia de sus madres.

Campo de concentración de Jasenovac


Oreskovic, un soldado ustacha, recordaría años más tarde que tuvo que asesinar a dos niños judíos en el campo de exterminio de Pag. "Luburic me ordenó que matara a un niño. Me negué a hacerlo, y él mismo le cortó la garganta para demostrarme cómo se hace. Luego yo mismo aplasté el cráneo del otro niño, después de lo cual Luburic elogió mi trabajo".

Ustachas ejecutando a un Serbio con bayoneta

Sin embargo, los ustachas no se limitaron a asesinar niños sólo en campos de concentración. El historiador alemán Alfred Miller asegura que en varios pueblos cientos de niños fueron encontrados en condiciones atroces con los brazos y las piernas fracturados. Así pues, en el pueblo serbio de Prebilovci, los ustachas asesinaron más de 800 personas, entre ellos 296 niños menores de 14 años y 64 niños menores de 2 años.


El historiador Karl Jans Geischer describe algunos de los métodos de tortura más empleados por los ustachas en los campos de exterminio. "Antes de asesinar a los prisioneros, les metían agujas debajo de las uñas, y ponían sal en las heridas abiertas. A los ustachas les encantaba cortar las nariz y las orejas a las víctimas mientras estaban vivas. Luego mutilaban los cuerpos".

 
Ustachas realizando ejecuciones con rifles y un hacha

Fuentes históricas afirman que los ustachas fueron especialmente crueles con las mujeres. Primero las violaban, y luego las cortaban los pechos y los brazos, mientras que a las embarazadas les abrían el vientre para sacar el bebé no nacido y matarlo. Así asesinaron a la mujer embarazada del sacerdote serbio Spaso Lavruja. Del terror ustacha ni siquiera se libraron las ancianas, a las que sacaban los ojos y enterraban vivas


En los años del régimen fascista fueron asesinados también cientos de sacerdotes serbios, así como fueron destruidas la mayoría de las iglesias ortodoxas en territorio croata. El sacerdote ciego de Kulen Vakuf, Vukoslav Milanovic, fue forzado a escuchar cómo los ustachas mataban a sus hijos, mientras al sacerdote Branko Dobrosavljevic primero le cortaron el brazo y luego le despellejaron.

Ejecución ustacha con un hacha

Los asesinatos de los ustachas nunca tuvieron la perfección técnica e industrial de los nazis alemanes, pero sus actos de crueldad superaban en ocasiones a las atrocidades cometidas por el Tercer Reich. En este sentido, los mismos monstruos nazis que estaban en Croacia expresaron su horror ante el terror ustacha, al que consideraban "excesivo y poco eficaz". Así pues, el comisario nazi en Croacia, Herman Neubacher definió las bestialidades ustachas como "el crimen más feroz de la historia, que solo se puede comparar con el infierno de Dante".

Ustacha sonriendo junto a una pila de cadáveres

Por su parte, el general alemán Glesse von Horstenau escribió en su diario en noviembre de 1942 que los ustachas "degollaban cientos de personas en los dos lados del río Sava. Cuando degollaban en nuestra parte, nosotros difícilmente podíamos soportar los gritos de hombres, mujeres y niños. Les degollaban y les abrían el abdomen antes de tirarlos al río".

En ocasiones, soldados italianos incluso intervinieron para salvar a una parte de la población serbia de la ciudad de Knin de la aniquilación completa.

Icónica foto de los ustachas serrando la cabeza de un serbio

Competencia Ustacha

Petar Brzica, si bien es conocido por haber golpeado a un preso hasta causarle la muerte en marzo de 1943, se destacó por haber ganado un horrendo concurso el cual consistía en matar a la mayor cantidad posible de prisioneros serbios recién llegados al campo de concentración de Jasenovac utilizando un cuchillo llamado "srbosjek". Brzica se jactaba de haber ganado el concurso luego de haber masacrado a la mayor cantidad de prisioneros, mató a 1.360 personas en una sola noche. Algunas otras fuentes afirman que el número de víctimas es menor situándolas entre las 670 y 1100.

Petar Brzica recibió un reloj de oro, vajilla de plata, una banquete compuesto por cerdo asado y vino, entre otros elementos, como recompensa por ganar el "concurso".​ Escapó a los Estados Unidos luego de la guerra, pero se perdió el rastro acerca de su paradero en la década de 1970, por lo que nunca pudo ser procesado por sus crímenes.​ No obstante, en una publicación croata del año 2009 aparece una fotografía suya reciente, ya muy anciano, pero en un aparente buen estado de salud, sonriendo junto a la entrada de un restaurante o café.

Supuesta fotografía de Petar Brzicka

"Srbosjek" o "corta serbios", cuchillo con el que compitieron

A continuación se podrá apreciar una cita brindada por Mile Friganovic, uno de los participantes de la masacre del sábado 29 de agosto de 1942, en la cual Petar Pero Brzica asesinó a 1.360 personas en el campo de concentración de Jasenovac:

El franciscano Pero Brzica, Ante Zrinusic, Sipka y yo apostamos para ver quién mataría más prisioneros en una noche. La matanza comenzó y después de una hora yo maté a muchos más que ellos. Me sentía en el séptimo cielo. Nunca había sentido tal éxtasis en mi vida, después de un par de horas había logrado matar a 1.100 personas mientras los otros pudieron matar entre 300 y 400 cada uno. Y después, cuando estaba experimentando mi más grandioso éxtasis, noté a un viejo campesino parado mirándome con tranquilidad mientras mataba a mis víctimas y a ellos mientras morían con el más grande dolor. Esa mirada me impactó en medio de mi más grandioso éxtasis y de pronto me congelé y por un tiempo no me pude mover. Después me acerqué a él y descubrí que era del pueblo de Klepci cerca de Capljina y que su familia había sido asesinada y enviado a Jasenovac después de haber trabajado en el bosque. Me hablaba con una incomprensible paz que me afectaba más que los desgarradores gritos a mi alrededor. De pronto sentí la necesidad de destruir su paz mediante la tortura y así mediante su sufrimiento poder yo restaurar mi estado de éxtasis para poder continuar con el placer de infligir dolor.

Lo aparté y lo hice sentar conmigo en un tronco. Le ordené gritar: ‘¡Viva el Poglavnik [caudillo] Pavelic!’, o te corto una oreja. Vukasin no habló. Le arranqué una oreja. No dijo una palabra. Le dije otra vez que gritara ‘¡Viva Pavelic!’ o te arranco la otra oreja. Le arranqué la otra oreja. Grita: ‘¡Viva Pavelic!’, o te arranco tu nariz y cuando le ordené por cuarta vez gritar ‘¡Viva Pavelic!’ y lo amenacé con arrancarle el corazón con mi cuchillo, me miró y en su dolor y agonía me dijo: ‘¡Haga su trabajo, criatura!’ Esas palabras me confundieron, me congeló, y le arranqué los ojos, le arranqué el corazón, le corté la garganta de oreja a oreja y lo tiré al pozo. Pero algo se rompió dentro de mí y no pude matar más durante toda esa noche.

El franciscano Petar Brzica me ganó la apuesta porque había matado a 1.360 prisioneros y yo pagué sin decir una palabra. - Testimonio de Mile Friganovic.

En 1945, los ustachas fueron derrotados por el Ejército Rojo, lo que supuso el fin del terror ustacha y el inicio del terror comunista de Josip Broz Tito. Ante Pavelic llegó a escapar a Argentina, donde sufrió un atentado en 1957. Dos años más tarde, el líder ustacha murió en Madrid a causa de sus heridas.

Ante Pavelic en un hospital


Autor: Eleveitor3000
Fuentes: Wikipedia, videos y documentales al respecto de los ustachas. 
Imágenes: Google

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